La victoria ante Ñublense por 2-0, clasificó a la U a octavos de final de la Copa Chile y, como de costumbre, Guillermo Hoyos realizó modificaciones en la alineación durante el transcurso del partido.

Sin grandes sorpresas, el cordobés alineó el tradicional 4-1-2-3 para empezar el partido. En donde, Rafael Caroca actuó como contención, y Gustavo Lorenzetti con Yerko Leiva cumplían labores mixtos: encargados de defender y crear juego. Por sus partes, Ubilla y Arancibia, cooperaban en la marca retrasándose y también de generar peligro por las bandas.

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En el segundo tiempo, tras los ingresos de Gonzallo Collao y David Pizarro, en desmedros de Fernando de Paul y Sebastián Ubilla, respectivamente, Hoyos modificó el esquema a un 4-1-1-2-2. El «Fantasista» se posicionó por delante de Rafael Caroca, quien realizó labores netamente defensivos, y Pizarro fue el encargado de ser la primera opción de pase en la salida. En tanto, Lorenzetti y Leiva se adelantaron unos metros, realizando una especie de «rombo».

Por las bandas, ante la salida de Sebastián Ubilla y el retraso posicional de Rafael Caroca, los laterales, Fabián Monzón y Matías Rodríguez cumplieron labores más ofensivos y se ubicaron prácticamente como carrileros. En la delantera, Arancibia y Benegas quedaron como dupla ofensiva, y en gran parte, realizando diagonales e intercambiando posiciones.

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El esquema con que jugó la U el segundo tiempo, a diferencia de otros partidos, tuvo ciertas diferencias, netamente por los cambios de los jugadores. Contreras, en comparación con Jara, no tiene la capacidad de salir jugando, ni tampoco la confianza en plenitud para jugar como stopper por la izquierda cuando Monzón estaba en posiciones ofensivas. El mismo argentino, no tiene el ida-vuelta de Beausejour, ni tampoco siente la marca, por lo cual, los ataques de la U, principalmente se realizaron por la derecha.

Por otra parte, el campeonato anterior, en varios partidos, Mora y Benegas jugaron centralizados y los laterales: Beausejour y Rodríguez actuaban, prácticamente, de punteros. Ante el poco peligro ofensivo de Monzón y, la incomodidad de Arancibia de jugar centralizado, el ataque en el esquema del segundo tiempo se vio disminuido.

Son los cambios que, Hoyos viene realizando hace un tiempo atrás, y que en cada partido, es recurrente la transformación del esquema. ¿Cómo funcionará con el retorno de los seleccionados (Jara y Beausejour) y con los nuevos refuerzos (Seymour, Díaz y Pinilla)? Promete bastante. Hoyos, pese a que instauró el 4-1-2-3, no tiene problemas para modificar el esquema táctico para encontrar soluciones y, por qué no, evitar una dependencia con la misma alineación. Hay plantel para jugar con todos los esquemas posibles.