Desde la llegada del Grupo Sartor a Azul Azul, que el club ha estado inmerso en uno de los peores rendimientos tanto en el ámbito deportivo como en lo económico.

«Trabajaré con total convencimiento, en conjunto con el directorio del Club Universidad de Chile, para que nuestra institución siga creciendo y sea siempre protagonista tanto a nivel nacional como internacional», con esta frase se presentaría Michael Clark en octubre del 2021 cuando asumió como Presidente del directorio de Azul Azul, una frase que está bastante alejada de la realidad, por el actual momento deportivo de la Universidad de Chile.

La llegada del nuevo grupo inversor causaba cierto entusiasmo dentro de la hinchada universitaria, principalmente por el impulso económico de 5 millones de dólares que invertiría Sartor en el cuadro azul. Pero este espaldarazo económico no se tradujo en los resultados esperados en aquel inicio y tuvo al chuncho salvándose del descenso en los últimos dos torneos (año 2021-2022).

Desde que Clark asumió la presidencia, coincidentemente el rendimiento del plantel masculino de la Universidad de Chile que ha ido en caída libre, tanto así que si llevamos los datos a los números, la institución ha disputado un total de 62 partidos, en donde 31 de ellos han sido derrotas, mientras que 14 son empates y 17 son triunfos para la U, una cifra bastante negativa.

Sumado a este terrible rendimiento, su estadía en la «U» no ha sido la más tranquila o alejada de polémicas. El ingeniero comercial ha sufrido varios desaciertos, siendo el más reciente este pasado lunes, donde estuvo viendo el duelo ante O’Higgins y abandonó el estadio cuando los azules caían momentáneamente por 3 goles a 1. También ha sido ampliamente criticado por su poco compromiso y presencia en los partidos del equipo masculino, donde ha preferido hacer deportes en la nieve que acompañar en esta actual crisis.

Y cerrando en el ámbito económico, la cuenta de Instagram Asamblea de Hinchas Azules (@Asambleaazules), detalla que entre la venta de jugadores, auspiciadores, abonos, venta de entradas y aportes por derechos televisivos, la concesionaria recibió cerca de 14.500 millones de pesos durante el 2022, pero que paradójicamente se niegan a invertir dinero para reforzar el plantel y a su vez es una de las sociedades anónimas que más produce perdidas económicas.