La incorporación del «10» fue algo soñado, porque llegó proveniente desde el fútbol europeo y de campeonar con su selección.
En la década de los 90′, el fútbol chileno se caracterizó por contar con grandes nombres en las filas de los equipos y Universidad de Chile no fue la excepción a eso. En 1995 remeció el mercado y dio el golpe al incorporar a Leonardo Rodríguez, un «superclase» proveniente desde el Atalanta de Bérgamo (anteriormente, vistiendo la camiseta del Borussia Dortmund) y seleccionado argentino, bicampeón de América, que tuvo también el privilegio de levantar la Copa Confederaciones y participar en el mundial de Estados Unidos, en 1994.
Sus números en la obtención de esos torneos con el combinado albiceleste, fueron: la disputa de 6 de los 7 partidos de Copa América en 1991, en el cual fue elegido el mejor jugador de la competición; participó en los 2 compromisos de la Copa Confederaciones de 1992, anotando un gol en la final a Arabia Saudita; y, en la Copa América de 1993, disputó los 6 duelos correspondientes, anotando ante Brasil por cuartos de final.
La llegada del jugador que compartió camarín junto a otros crack’s de su clase, como Sergio Goycochea, Diego Simeone y Gabriel Batistuta, entre otros, parecía una simple fantasía. Pero la «U» se las rebuscó y lo consiguió.
Leonardo Rodríguez estuvo a poco de pasar a formar parte de la plantilla del Club Atlético River Plate, pero inconvenientes puntuales con la dirigencia de los «millonarios» complicaron su arribo. Entonces, apareció en el horizonte del mediocampista, el nombre de la Universidad de Chile, equipo que se preparaba para jugar Copa Libertadores y que generaba una gran convocatoria de público en los estadios.
Es por aquello que acepta el desafío y viste por primera vez la camiseta del Romántico Viajero el 3 de septiembre de 1995, en la victoria 3×1 ante Huachipato, casi en el inicio de la segunda rueda del campeonato. Mientras que su primer festejo de gol, data del 29 de octubre, en la igualdad 2×2 ante Regional Atacama.
Su participación, en el que demostró su complicidad con el balón, su liderazgo y experiencia, fueron claves en la coronación de ese año que significó el segundo bicampeonato de la «U» en su historia, y las semifinales de Copa Libertadores alcanzadas en la temporada siguiente.
Su estadía se vio interrumpida a fines de 1996, cuando parte por dos períodos al América de México, para luego retornar a mediados de 1998 a la que ya era su casa y de la que nunca se quiso ir.
Su segundo paso por el equipo mágico tuvo muchas más alegrías todavía, ya que estuvo marcado por el bicampeonato de 1999-2000.
En total, en sus dos pasos por Universidad de Chile, el «Leo» jugó 138 encuentros (98 por TN, 3 Liguilla, 9 por Copa Chile, 16 por Copa Libertadores, 12 por Copa Mercosur) y marcó 36 goles.
OTROS DATOS:
- Fue partícipe de la primera victoria azul ante Colo Colo en el estadio monumental por torneos nacionales, en 1999.
- Su último gol por el Romántico Viajero, fue el 18 de octubre de 2000, en el triunfo 2×1 ante Huachipato.
Así, llega a su fin las temporadas de magia inmortalizadas en una camiseta con el dorsal número «10» que hasta nuestros días, asociamos al gran Leonardo Rodríguez. Un «Superclase» en los 90 años de la «U».