La dirigencia universitaria comienza a organizarse de cara al 2023, evaluando a los jugadores que terminan sus contratos y también quienes vuelven de préstamo. Todo esto se planifica desde ya, independiente de como se termine esta temporada.

El principal damnificado y por ahora el primero, sería Junior Fernandes, debido a que, el delantero termina su contrato a finales del presente año y su renovación no estaría siendo una prioridad para la dirigencia. Mas bien, la chance a que se concrete una nueva extensión está bastante lejana de la realidad. De esta manera, desde Azul Azul se mentalizan en un 2023 en Primera División, tomando desde ya, cartas en el asunto e intentando dar un «salto de calidad» en la conformación del plantel.

Ahora mismo, el principal objetivo para la concesionaria es mantener al equipo en Primera División y pensar en una reestructuración interna de completa y urgente, pues, la crisis de la Universidad de Chile va más allá de lo deportivo.